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Los amores de Alicia. Cap 18.

Lian

Falsa tregua

- Alicia

Publicado: 2018-07-06

Ambos estábamos en un bar cutre del centro de Lima por un amigo en común, entre canciones de los ochenta que salían de una rockola antigua y el humo artificial de aquel local que se confundía con la neblina limeña. Ahí fue nuestro primer beso.

Pasada esa noche hubieron muchas citas y algo de sexo pero siempre sin alas al mar, yo tenía otros planes. Él nunca me perdonó y tan rencoroso me quiso olvidar, por más que yo intentara ser su amiga. Al año de nosotros se fue de la ciudad pero cuando regresó estaba muchísimo más rico y con ese aire intelectual al que yo ahora le presto más atención. Verlo era recordar las cosas que habíamos dejado a medias. 

Ya no vivía aquí, así que era mi fantasía de dos días en Lima, fantasía que se alimentaba al verlo coquetear conmigo.Pero yo me puse una camisa de fuerza, no quería lastimarlo ni lastimarme, salimos con los amigos de siempre a los bares de siempre y conversamos como siempre de lo nuestro y de aquel amor descartable que nos esperaba al final del camino, siempre con reproche de mi falta de compromiso.La noche avanzó sin nosotros porque fuimos a casa a terminar el ron que habíamos dejado antes de salir. 

Nos sentamos en el mueble con los vasos en la mano y justo después del cuarto "¡Salud!" me pidió un beso, esta vez me hice de rogar pero él bajo sus manos para tocarme por encima de la blusa negra y luego por debajo de ella. Nos levantamos sin dejar de besarnos, le quite el polo, él a mí la blusa. Nos tocamos, abrazamos y besamos sin apuros; era tierno pero sus manos me sujetaban fuerte, besándome la espalda me quitó el short para agacharme y besarme el culo por mucho tiempo, yo me movía lento y me masturbaba, el ron se había encargado de hacernos creer que estábamos haciendo el amor. 

Lian la tenía muy dura y yo quería hacerlo, lo senté en el mueble y me arrodille, y comencé a usar mis manos solo para excitarme más y que él pueda tocarme el pecho. Lo llené de saliva y me lo metí a la boca, él cogía mi cabello y de la misma forma dura me llevaba hacia él. 

Todo mi cuerpo latía y se humedecía mientras se lo hacía.

Cogida del cabello me levantó, dio un beso y me sentó encima de él y ahí lo hicimos, gemíamos, gritábamos, reíamos mordíamos nuestros labios pero no parábamos. Ya empezaban a notarse las marcas de los besos en nuestros cuerpos. Escuchamos un ruido y paramos pensando que nuestros amigos venían. Pero no, de seguro ellos seguían bailándole a la noche como nosotros. Apoyada en el mueble y sintiéndolo hasta el tope, me vine.

Él logró hacerlo también fuera de mí, pero estábamos tan calientes y él aún la tenía tan parada que llevé su pene hacia mi culo, él alejo mis manos y me pidió sujetarme fuerte del mueble, se masturbó y embarrándome su semen como lubricante logro entrar en mí. Me tenía gritando y diciéndole lo bien que lo hacía hasta que escuchamos ruidos de nuevo y paramos todo para vestirnos. Nuestros amigos habían llegado, fuimos muy buenos actores y sobrellevamos lo que quedaba de la noche.

Nuestras miradas se cruzaban y podían decirnos lo avergonzados que estábamos de haberlo dejado pasar.

Pero yo latía por dentro y mirando sus manos sonreía hasta que amaneció y se marchó sellando con un beso en la mejilla nuestra falsa tregua.

Buen viaje Lian y vuelve pronto para hacerte venir.


*Nombre cambiado para proteger al verdadero inocente.


Escrito por

AliciaDulceAlicia

Hola, me llamo Alicia; sí, como la del cuento.


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